Pésele a quien le pese, actualmente resulta más atractivo un clásico regio que un clásico nacional, pero hay que entender que es así meramente por el ámbito deportivo, son dos de los equipos que hoy por hoy, ofrecen un fútbol sumamente vistoso y que mantiene al aficionado pegado al televisor durante los 90 minutos.
En un clásico hay algo más que tres puntos en juego, en este caso se trata de una final internacional, no es un torneo local, (que, por cierto, Tigres ya humilló a Rayados en la LigaMX, al ganarle una final en su nuevo estadio), significa el reconomiento a nivel internacional, es una final que te da el boleto al Mundial de clubes y la oportunidad de enfrentar a los mejores del mundo.
Estos dos gigantes del dinero han desembolsado cantidades estratosféricas durante ya varios años, es hora de que brinden un espectáculo acorde al nivel de plantillas que manejan estos equipos, pues sus nóminas se encuentran entre las primeras tres del futbol mexicano, sino es que son las dos más caras.
Tigres tiene la deuda ante su afición de por fin ganar una final internacional, la liga mexicana ya no es el deseo de los del volcán, a los felinos les falta ganar la Concachampions. Mientras que los rayados quieren sacarse la espina de haber perdido la única final disputada entre estos equipos y ante su gente. En los próximo 90 minutos de está final se jugará más que el orgullo.
Como aficiondos al futbol no podemos pedir más que los dos equipos salgan a dejar el alma y más en la cancha, regalándonos un partido que sea digno de recordar durante varios años, quizás hasta que se vuelvan a encontrar en una instancia de eliminación directa.
En cuanto a la liga local, el rival a vencer para estos dos es el equipo de las 12 victorias seguidas, y que de ganar sus dos partidos restantes, impondría un nuevo récord de puntos en torneos cortos en la historia de la liga, el Leó de Ignacio Ámbriz ha hecho las cosas muy bien, y que gracias a ellos son los principales candidatos al título del Clausura 2019.
Por: Emilio Vieyra
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