Dicen que una dosis de locura en nuestra vida diaria es buena para distinguirnos y tener esa chispa que nos caracterice entre los demás, por lo que, como diría el sombrerero loco, las mejores personas son aquellas que han perdido la cabeza.
Eso sí, los líos mentales de cada quien pueden ser un enigma muy complejo que, aunque en ocasiones molesto para otros, otorga ese sentido de humanidad y sensibilidad que nos hace únicos, por lo que, no importando las diferencias que existan entre nosotros, todo ser humano requiere amor y comprensión para salir adelante ante la adversidad y siempre encontrarles el lado bueno a las cosas.
Esta cinta lanzada en 2012, con una, aún no tan conocida, Jennifer Lawrence, quien hiciera dupla con Bradley Cooper en varias cintas posteriores, nos habla precisamente de la importancia de la familia y que, por muy disfuncional que esta sea, el amor será ese pegamento que los mantenga unidos e interesados en el bienestar del otro.
Pat Solatano es un hombre recién salido de prisión, debido a la bipolaridad que le fue diagnosticada perdió su empleo y a su esposa, a la que está dispuesto a recuperar; Pat tiene que mudarse a la poco ortodoxa casa de sus padres, quienes, no le han dado el mejor entorno para crecer pues la sobreprotección y el rechazo forman parte de su día a día.
Decidido a demostrar que es un hombre nuevo, conoce a Tiffany, una joven viuda que, tras una vida de promiscuidad, ha decidido tomarse un respiro y participar en un concurso de baile pues es lo único que siempre quiso hacer con su difunto marido, pero nunca se prestó la oportunidad, por lo que ahora requerirá de la ayuda de Pat para lograr su deseo.
Esta película, más allá de tratar de una forma frívola el tema de las enfermedades mentales, cuenta con matices de comicidad y drama el proceso de adaptación de una persona con este tipo de desorden, así como lo común que esto puede resultar.
Además, Silver linings playbook, por su título en inglés, agrega una peculiar forma de demostrar que, la locura habita en cada uno de nosotros, y en mayor o menor medida, es lo que le da sabor a nuestra vida.
Por: Jessica Castro
FB: Jessica Castro
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