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Carnaval contigo...Y conmigo también

Actualizado: 23 may 2019

Nuestra historia es un cúmulo de momentos, que se convierten en nuestro vivir cotidiano y a lo largo del tiempo recreamos nuestra identidad a partir de nuestra cultura llena de tradiciones y costumbres.

Recuerdo observar desde la puerta de mi abuelita Chayo a millones de personas con máscaras bailaban y reían. Sus trajes coloridos, la música a todo volumen y una aglomeración de personas se adueñaban de las calles para disfrutar y compartir un momento llamado el carnaval.


Por: Estefania Belmonte Camacho


Lejos de los prejuicios y críticas, la historia nos ha dejado ver antes de la cuaresma las necesidades de los hombres y expandirse sin miedo alguno.


Recuerda mi abuelita las historias que su madre le platicaba sobre una Hacienda de los Baños, ahí antes se realizaron obras teatrales, y entre ellas era el carnaval. El cierre de la hacienda llevo a los peñoneros a pasar de un telón a la vida real este acto guiados por la familia Caballero. Aproximadamente hace 130 años comenzó esta tradición en el pueblo Peñón de los Baños, el hogar de mi abuelita, ubicado a un costado del aeropuerto Benito Juárez, dónde se vive como lo dice Celia Cruz en su canción "... la vida es un carnaval y es más bello vivir cantando”.


Por:Estefania Belmonte Camacho


Vivir de una forma tan comprometida con tus raíces, ayuda a conocer y observar las acciones que durante tanto tiempo se han transformado y de igual forma siguen permanentes. El día de muertos, la batalla de puebla y en estas fechas el carnaval es una de las festividades características de este lugar.


Caminaba detrás de las cuadrillas y entre ellos se encontraba aquella pareja que al ritmo de “El Carnavalito”, no dejó de bailar. Los mire fijamente y uno de ellos se quitó la máscara, su rostro de tez morena, sonrojado por el calor resplandecía aún más, tenía una edad aproximadamente de 15 años, él miraba a su pareja quién caminó nuevamente para tomar su brazo y recogiéndose la falda ampona, siguieron a los músicos.


Por:Estefania Belmonte Camacho

Mi tío según lo recuerda mi padre, salía vestido como mujer, sólo lo reconocían por sus hermosos ojos verdes, cargaba su paraguas y en algunos casos piedras en su bolsa por si había una pelea en el famoso cerro Tepetzinco, lugar del gran espectáculo del ahorcado por robarse a la novia, interpretada antes por hombres homosexuales que se vestían glamurosos para bailar toda la noche con sus zapatillas después de llorarle a su amante.

Hoy pasa a la historia pero muchas cosas han cambiado.



Por: Estefania Belmonte Camacho

¿Cuál fue el motivo de aquel joven vestido de mujer? Tal vez retomar una cuadrilla como familia implica revivir las tradiciones añejas que sus ancestros realizaron en el carnaval con el sentimiento de honrarlos.


Este lugar y acto implica un proceso de reconocimiento capaz de ir más allá de la ropa que porten, bailar sin miedo entre dos hombres y no sufrir agresiones ni burlas por vestirse de mujer. Un paso agigantado en este pueblo ha sido transfigurar la imagen de las mujeres, recrearla y distribuir un respeto por ambos géneros para pasar a una dinámica de tolerancia y crecimiento cultural de acuerdo a la época para bailar, disfrutar y alegrarse en el famoso carnaval.





Muchas mujeres salieron a bailar. Aquellas con sus familias, amigos, para ser parte de un cambio en las costumbres que si bien mi abuelita no tuvo la oportunidad de bailar, hoy es una realidad que tienen mis primas, sobrinas y todas las peñoneras sin importar la edad.


Porque las tradiciones perduran, reproducidas y transformadas por el propio pueblo, por un lado no se ha erradicado la violencia provocada por riñas entre diferentes cuadrillas, no será un impedimento para dejar de bailar “El Carnavalito” por muchos años más, tomados de la mano hombres y mujeres por igual.


Por:Estefania Belmonte Camacho


 

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Por: Estefania Belmonte Camacho



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