Ha pasado apenas un año de que la cinta dirigida por Alfonso Cuarón dejara en alto el nombre de México en múltiples premiaciones internacionales por diversos temas que, a la par del éxito, crearon mucha controversia, una de ellas, la más sonada, fue la aparición estelar de la ahora famosa Yalitza Aparicio.
Si bien la presencia de esta joven educadora fue desde un principio cuestionada debido a su falta de experiencia, e incluso, recién iniciada carrera en el mundo del cine, una de las palabras más sonadas tras su nombre es ‘discriminación’.
Además de no ser bien recibida por algunos compañeros del gremio, Yalitza tuvo que pasar por una larga serie de comentarios negativos que hacían alusión, no a la falta de talento, sino a su color de piel e incluso sus raíces indígenas, de las cuales ella dice estar orgullosa a pesar de la mente cerrada de muchas personas que se refieren a ella con desprecio y racismo.
Si bien el camino de esta actriz ha sido corto, la huella que ha dejado, no solo en la industria cinematográfica, sino en la sociedad en general, es exponencial, dado que ha dejado al descubierto una problemática mundial que no es muy tomada en cuenta pero que al final son las bases de una vida civilizada, el respeto a la vida y cultura de los demás, pues estas son importantes para que la diversidad exista; no basta con mirar al de al lado y darle su espacio, defender sus derechos es parte de lo que podría generar una mejora a nuestra vida en comunidad, e incluso el mundo del cine debe tomar cartas en el asunto para crear oportunidades para aquellos que se encuentran olvidados.
Por eso, en el día internacional de los pueblos indígenas, hablamos de Roma, una cinta que retoma el argumento de cómo vemos a las minorías y los cambios que deberían hacerse para darles su lugar en el mundo, la equidad en tratos y derechos debe prevalecer ante todo y solo así lograremos hacer del mundo un lugar mejor.
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