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Nuestra vida es una obra... un simple acto.

Actualizado: 23 may 2019



La circunstancias que vivimos tergiversan nuestro panorama, tantos cambios nos envuelven, es como si pasamos de un escenario a otro sin darnos cuenta, caminamos por senderos a veces agradables y muchas veces dolorosos, pero acaso podemos mirar más allá de aquel telón o escenario, y reconocer que somos parte de un acto.

Así es como llega el teatro, aquel que mueve, sensibiliza y alegra un instante que perdurará para toda nuestra vida.



Por: Estefania Belmonte Camacho

El Día Internacional del Teatro se festejó el pasado 27 de marzo con puestas en escena en diversos recintos para conmemorar el Centro Nacional de las Artes (Cenart), no se quedó atrás y la cita reunió a más de 20 obras en escena para deleitar a un público diverso, lo único que buscaba era disfrutar y contemplar algo lejos pero a la vez tan cercano a nuestra propia realidad.


Como de costumbre, tomados de la mano, el teatro y las letras prevalecieron en el recinto, como el caso de Sonia Rangel Mora, que presentó su libro “Teatro Aritmico” y con sus grandes ojos verdes, recordó su única actuación en toda su carrera en la obra “Conejo Blanco”, a quien daba vida a Alicia, estrenada el 4 de mayo de 1971.


Para la escritora y actriz el teatro, es una enlace entre el espíritu y la materia, ella dedicó su vida al teatro, y dijó “la gente no debe hacer teatro por dinero, (...) puesto que deben ser teatros-templos y el actor como en mi libro lo dice debe ser un actor-sacerdote”.



Por: Estefania Belmonte Camacho

Antes de entrar a cada función, ya éramos parte de un escenario peculiar, por su forma de introducir al público a tejer… historias.


Tome asiento y comencé a ser parte del escenario que se presentará en en la Cuadrienal de Escenografía en Praga, República Checa, como parte del Proyecto Tejidos, organizado por Aris, el objetivo de este proyecto es integrar a la sociedad en todos los aspectos, y con una cadena de 200 metros, la cuál seguirá creciendo, busca llegar lejos para seguir uniendo corazones y por ello necesita a todos, con aportaciones económicas, de tela o simplemente con su ayuda.


Por: Estefania Belmonte Camacho

Es así como el teatro va más allá de lo visible, significa un esfuerzo como el de Juan Pablo, estudiante de último semestre de la carrera de Teatro impartida en el Cenart, que sin tener la respuesta como tal de ¿que es el teatro? con alegoría atrajo al público a su puesto de comida, un incentivo que les permitió el Cenart sólo ese día, para lograr producir su última puesta en escena como estudiantes.


Por: Estefania Belmonte Camacho


Las interrogantes y emociones que si bien existieron al ser testigo de dos obras de teatro tan duras en sus temáticas, por una lado“Un acto de comunión” en el Foro Antonio López Mancera, a cargo del director y actor Antón Araiza a quién le costó seis años de gran esfuerzo para tener los derechos de esta obra únicamente por dos años.


Aquí se abordó deseos humanos que dejaron al público perplejo conducidos por la historia que Frankie nos cuenta. Y con una sonrisa maliciosa el actor mencionó “lo terrorífico es que se lo puedan imaginar porque significa que lo han visto o lo han pensado(…) Espero que no lo hayan hecho, el verdadero terror de la obra es ese y mi mensaje se queda en la fantasía o no”.


Por: Estefania Belmonte Camacho

Y por otro lado llegó la obra desde un lugar lejos de dónde muchos creerían que se haría arte, en la cárcel. “Casa Calabaza” presentada en el teatro Salvador Novo, tan cruda y llena de violencia fue escrita por María Elena, una reclusa que cuenta su historia a partir de momentos críticos que le cambiaron la vida, hoy sólo con la mirada pérdida en los barrotes.


Gracias a Teatro Penitenciario, esta extraordinaria obra, fue conocida y a través del Colectivo escénico El Arce es puesta a nuestro alcance, es mirar una perspectiva del dolor y amor conjugados en un mismo escenario, con la producción de Denisse Anzurez, quién habló sobre una reivindicación de la vida de los reclusos a partir de esta práctica y lo más importante que ellos dejan conocer su verdadero sentir.



Por: Estefania Belmonte Camacho

Mis lagrimas brotaron, la emoción de mirar de cerca a los actores, a estudiantes llenos de ánimo y ganas por salir y triunfar, al público de todas las edades como aquellos amigos que hice ese día Maricarmen Sánchez y su esposo, llenos de intriga por dejar que la vida los sorprendiera con arte, sin importar esperar aproximadamente dos horas para entrar a una función.


Contemplar un pedacito de una historia, me hizo llenarme de dudas, si bien, el teatro es magia, porque te envuelve y encierra aquellas emociones que muchas veces guardamos en nuestra alma, pero que a través de los ojos, movimientos, diálogos de alguien más podemos dejar brotar todo lo que cargamos. Un instante puede cambiar nuestra vida y es así como el teatro lo hace.



 



Por: Estefania Belmonte Camacho


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